Como su propio nombre indica, la normativa APQ (almacenamiento de productos químicos) establece la política de seguridad y normas que deben seguir las empresas que se dedican al almacenamiento de productos químicos y soluciones que conlleven riesgos para la salud y el medioambiente. 

Además, debemos tener en cuenta que la carga, transporte, distribución y fabricación también se incluyen en el pack. Y es que, generalmente, las empresas dedicadas al almacenamiento de estas fórmulas químicas también las suministran. En este sentido, desde Solimix ofrecemos soluciones y mezclas, independientemente de su estado – líquido, gaseoso o sólido – cumpliendo rigurosamente con los requisitos de la normativa APQ para el almacenamiento de productos químicos y soluciones clasificadas como peligrosas.

Pero, ¿qué es exactamente la normativa APQ y como cumplir con los estándares de calidad y seguridad recogidos en ella? En las siguientes líneas ofrecemos algunas claves.  

A quién aplica

Están sujetas a la normativa APQ todas las actividades de las que dependen las condiciones de seguridad de las instalaciones de almacenamiento, carga, descarga y trasiego de productos químicos considerados peligrosos. 

Vigencia

La actual normativa APQ se aplica desde 2017. Y si bien es cierto que las instalaciones activas antes de esa fecha no están obligadas a cumplir con esta normativa, es muy recomendable ajustarse a ella si queremos dar un salto cualitativo en la seguridad y servicio ofrecidos. 

Indicaciones destacadas en la normativa

Algunas de las indicaciones recogidas en la normativa APQ están relacionadas con el tiempo de almacenamiento, por ejemplo, durante el proceso de transporte. Así, se establece que la carga debe permanecer un máximo de 72 horas, 8 días al mes y 36 días al año durante el proceso de transporte. 

También es imprescindible preparar un informe técnico que describa al detalle el almacenamiento y la mercancía, redactando a tal fin un plan de mantenimiento donde se designe a la persona responsable del mantenimiento y seguridad de las fórmulas e instalaciones, así como un plan de autoprotección. 

Asimismo, para identificar cada producto, debe seguirse un proceso de clasificación basado en etiquetas acordes a la regulación de clasificación, etiquetado y envasado de productos químicos (CLP). En este punto, las empresas deben etiquetar todos y cada uno de los productos químicos y soluciones que almacenan.