En Europa existen millones de ganaderos y para todos ellos el pienso es el factor de coste más importante. Además, las materias primas utilizadas en la fabricación de piensos para animales, incluyendo los aditivos y otros productos medicamentosos, tiene repercusiones directas sobre las condiciones de comercialización de dichos productos, pero también en la salud pública.

A la luz de esta información, lógicamente, tanto la fabricación como la comercialización o forma de presentación de los piensos queda sometida a regulación comunitaria. ¿Qué materias primas están prohibidas en la alimentación animal? ¿Cuáles son las exigencias que deben cumplirse en relación a la seguridad o la trazabilidad? Desde Solimix, como especialistas en la fabricación de piensos para animales, ofrecemos algunas claves. 

Materias primas prohibidas en la fabricación de piensos para animales

El Reglamento CE 767/2009 especifica la lista de materias primas cuya circulación o uso para la fabricación de piensos para animales está expresamente prohibido. Son las siguientes.

  1. Heces, orina y otros contenidos gastrointestinales procedentes del vaciado o de la eliminación del aparato digestivo.
  2. Pieles tratadas con sustancias curtientes, incluidos sus residuos.
  3. Semillas, plantones y otros materiales de multiplicación de plantas que hayan sido tratados con productos fitosanitarios tras la recolección debido a su destino; sus derivados.
  4. Madera y otros materiales derivados como el serrín, así como compuestos tratados con conservantes de la propia madera. 
  5. Todos los residuos obtenidos en las distintas fases del proceso de tratamiento de aguas residuales urbanas, domésticas e industriales.
  6. Residuos urbanos sólidos como basuras domésticas.
  7. Embalajes y partes de embalaje procedentes de la utilización de productos de la industria agroalimentaria.

Seguridad y trazabilidad: los grandes pilares de la comercialización de piensos 

¿Qué exigencias deben cumplir los piensos en relación a la seguridad y la comercialización? 

Para empezar, además de seguros, los piensos no pueden ejercer efectos negativos ni sobre el animal ni sobre el medioambiente. Asimismo, además de sanos y no adulterados, deben estar envasados y presentados conforme a la ley para garantizar su trazabilidad. 

En relación al etiquetado, por ejemplo, la normativa europea es clara: todos los piensos deben incluir el tipo de alimento, el nombre y dirección del explotador, el número de lote o referencia, el peso neto, los aditivos empleados en la fabricación de piensos para animales, así como el contenido de humedad. 

En Solimix estamos comprometidos con el bienestar animal en la elaboración de piensos que cumplen todos los estándares de calidad. Al fin y al cabo, el primer eslabón de la cadena alimentaria es, precisamente, la alimentación animal.